jueves, 19 de noviembre de 2009

EL LIBERALISMO


Por: PABLO RIOS CIAFFARONI

Aunque el liberalismo es más que una teoría económica o política, no es, sin embargo, una ideología. Lo peculiar del Liberalismo es precisamente eso: no se trata de una ideología sino del moderno afán de independizarse de todas las ideologías y hacer del propio punto de vista una concepción del mundo autónoma y libre. No hay doctrina liberal: cada liberal reinventa el liberalismo y lo recrea. El liberalismo no es una teoría a seguir.

El liberalismo nace con la modernidad, y poco a poco ha ido adaptándose al transcurso del tiempo y siendo incorporado en los corazones de los pueblos.

Toda ideología es un mecanismo de poder mediante el cual un individuo o grupo, impone o trata de imponer sistemáticamente-mediante una doctrina o teoría- su concepción a los demás. Con esto les ahorra la trabajosa tarea de pensar con su propia cabeza y elaborar su propia concepción; al costoso precio de aplazar indefinidamente el descubrimiento de su peculiaridad individual y la gestación de su madurez global. Las ideologías (al igual que las religiones) promueven cierta pueril dependencia. El pastor depende del rebaño, el rebaño del pastor.

El dogmatismo, está íntimamente ligado a la ideología. Es verdad, porque lo dice la autoridad de turno, y sus “argumentos” están basados exclusivamente en el “criterio de autoridad”.

Las ideologías, son las cadenas de los nuevos esclavos. El liberalismo no es una nueva ideología de los tiempos modernos, una nueva escolástica, un nuevo “ismo”, a pesar de su nombre; es una perspectiva abierta, creativa e independiente, un estado de ánimo y una visión, una manera de pensar y ser, un permanente autodescubrimiento, una forma de vida.

Que el liberalismo no sea una ideología no significa que carezca de ideas. El liberal no es producto del adoctrinamiento sino de la crítica, de la razón, de la duda , de la desconfianza, frente a las doctrinas, dogmas, iglesias, sectas o partidos.


Para Agustín Squella ; “ todas las libertades tienen un límite, algo así como una línea del horizonte, que no debemos traspasar (la libertad para mover mis puños termina justo ahí donde comienza la nariz de mis semejantes), liberal es quien procura empujar, más allá de la línea del horizonte, ampliando así el espacio de libertades, mientras que conservador es el que intenta atraer más acá esa misma línea, achicando el ámbito de libertades”.

En cambio para Carlos Peña la diferencia entre conservador y liberal radica en ; “Si un conservador cree que la homosexualidad es una forma de vida torcida, se resista, al mismo tiempo aceptar que se le reconozca en la esfera pública. Si la homosexualidad no es buena para mí (piensa el conservador), entonces no es justo que se admita para los demás. Un liberal, en cambio puede creer que la homosexualidad no es buena para él; pero pensar al mismo tiempo, que es justo admitirla para los demás, si ellos conforme a su propio discernimiento, han decidido llevarla adelante.”

Al final de cuentas, existen tanto Liberales, como concepciones alcances y definiciones del concepto, y como todo valor no es absoluto, la libertad como tal, tampoco lo es. La libertad puede llegar a significar un lujo de los tiempos modernos, o tan solo una conquista de cada día.

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