viernes, 30 de octubre de 2009

Entrevista con Milton Friedman acerca de la Guerra contra la Drogas

Entrevista con Milton Friedman acerca de la Guerra contra la Drogas


Por Randy Paige Traducido por Mariano Bas Uribe

Publicado originalmente en la Schaffer Library on Drug Policy.

Lo que sigue es un extracto de “Friedman y Szaz sobre la Libertad y las Drogas”. Pertenece a una entrevista de 1991 en el “Foro Americano sobre Drogas”, un programa de debate nacional sobre asuntos públicos que se emite en los canales públicos de televisión. Randy Paige es un periodista especializado en asunto de drogas de Baltimore, Maryland, ganador de un premio Emmy; el profesor Milton Friedman ha sido Profesor Investigador Senior en la Hoover Institution sobre Guerra, Revolución y Paz en Stanford desde 1977 y se le considera el líder de la escuela económica monetarista de Chicago. El profesor Friedman ganó el Premio Nobel de Economía en 1976 y ha recibido asimismo la Medalla Nacional de la Ciencia y la Medalla Presidencial de la Libertad del Gobierno de EE.UU. en 1988.


Paige: Ocupémonos en primer lugar del asunto de la legalización de las drogas. ¿En qué piensa que mejoraría América bajo ese sistema?


Friedman: Pienso que América tendría la mitad de prisiones, la mitad de reclusos, diez mil homicidios menos al año, barrios urbanos en los que habría una oportunidad para gente pobre que viviría sin temer por sus vidas, ciudadanos que podrían ser respetables que son ahora adictos no convirtiéndose en criminales para obtener su droga, pudiendo obtenerlas con garantías de calidad. Ya sabe, ahora ocurre lo mismo que bajo la prohibición del alcohol.
Bajo la prohibición del alcohol, las muertes por envenenamiento alcohólico, por cosas que se mezclaban con el alcohol de contrabando, aumentaron bruscamente. Igualmente, bajo la prohibición de las drogas han aumentado las muertes por sobredosis, por adulteración o por sustancias adulteradas.


Paige: ¿En su opinión, en qué afectaría negativamente la legalización a América?

Friedman: El principal efecto adverso que podría tener la legalización sería que muy posiblemente habría más gente tomando drogas. Aunque esto no está claro en modo alguno. Pues, si se legalizan, se destruiría el mercado negro y el precio bajaría drásticamente. Y, como economista, sé que precios más bajos tienden a generar mayor demanda. Sin embargo esto hay que tomarlo con grandes reservas.
El efecto de la criminalización, de hacer ilegales las drogas, es conducir a la gente de las drogas blandas a las duras.

Paige: ¿En qué sentido?

Friedman: La marihuana es una sustancia pesada y voluminosa y, por tanto, relativamente fácil de interceptar. Los agentes antidroga han tenido más éxito apresando marihuana que, por ejemplo, cocaína. Así, los precios de la marihuana han subido, es más difícil obtenerla. Ha habido un incentivo para cultivar marihuana más potente y la gente se ha dirigido de la marihuana a la heroína, la cocaína o el crack.


Paige: Entonces, hablemos acerca de otra droga: el crack.
Friedman: En mi opinión el crack jamás hubiera existido sin la prohibición de las drogas. ¿Por qué se creó el crack? La manera más normal de tomar cocaína, que entiendo que era esnifarla, aspirarla, se hizo muy caro y los empresarios intentaron desesperadamente encontrar una forma de envasarla…


Paige: ¿Empresarios?

Friedman: Por supuesto, son empresarios, emprendedores. La gente que lleva el tráfico de drogas no son distintos del resto, excepto en que tienen más iniciativa empresarial y menos preocupación por dañar a otros. En ese sentido, son más irresponsables. Pero tienen un negocio y tratan de obtener tanto como pueden. Y así descubrieron que una buena forma de hacer más dinero era diluir el crack en bicarbonato u otra cosa (quiero decir, cocaína y lo que hagan, no conozco el procedimiento), para poder obtener dosis de cinco y diez dólares.

Paige: Seguiremos hablando de eso en un momento. Pero, en relación con el crack, considerando que es muy adictivo y que…


Friedman: Eso es muy dudoso. Es adictivo, pero entiendo, a partir de la evidencia médica, que no lo es más que otras drogas. De hecho todo el mundo está de acuerdo en que la droga más adictiva es el tabaco.


Paige: Bien, entonces déjeme plantearlo de otra forma. Toda la información que he recibido sugiere que es una droga muy placentera.

Friedman: Desde luego. Sin duda.

Paige: Y también que sus efectos duran muy poco.

Friedman: Sí.

Paige: Y es muy cara porque múltiples dosis cuestan un montón de dinero. Mi pregunta es: ¿Si las drogas se legalizaran y el crack estuviera disponible a bajo precio, no podría ser devastador que fuera más sencillo de obtener y así mantenerse largos periodos de tiempo tomando algo que, según dicen, es tan placentero?

Friedman: Bueno, puede ser. Nadie puede decir con seguridad qué ocurriría en ese caso. Pero pienso que es muy dudoso, porque toda nuestra experiencia con drogas legales indica que hay una tendencia en la gente de ir de las más fuertes a las más flojas y no al contrario, igual que se pasa de la cerveza normal a la “light”. Esa es la tendencia que se aprecia: de cigarrillos sin filtro a cigarrillos bajos en alquitrán y con filtro y cosas así. Pero no puedo descartar que eso que usted dice pueda ocurrir, aunque, y esto es muy importante, aunque el daño que pueda producir sería mucho menor que el actual, por muchas razones. Lo que realmente más me preocupa acerca del crack no es lo que estamos hablando: son los “bebés del crack”, porque esa es una tragedia real. Son víctimas inocentes. No eligieron ser bebés del crack, igual que quienes nacieron con el síndrome alcohólico fetal.


Paige: Como usted sabe, ya estamos experimentando esa situación en proporciones propias de una epidemia. Uno de cada cuatro bebés ingresados en un hospital en Maryland, se lo aseguro, es adicto.


Friedman: Pero, le diré; no es que los bebés del crack sean necesariamente adictos, sino que tienden a nacer bajos de peso, tienen a tener problemas mentales y cosas así. Pero usted sabe que el número de afectados por el alcohol es mucho mayor. Aquí surge el problema. Eso es lo que me preocupa.


Ahora, supongamos que lo legalizamos. Bajo las circunstancias actuales, una madre adicta al crack tendría miedo de someterse a un tratamiento prenatal, porque se ha convertido en una delincuente, está amenazada con ir a la cárcel. Con las drogas legalizadas, ese temor desaparecería. Y, sabe usted, incluso las madres adictas al crack tienen un sentimiento de responsabilidad para con sus hijos.

No tengo ninguna duda de que bajo esas circunstancias, sería posible tener un sistema de protección prenatal mucho más efectivo, un sistema mucho más efectivo de intentar persuadir a la gente que consume drogas a no tener hijos o dejarlas si los tienen.


Paige: Ocupémonos ahora sobre cómo llegó al convencimiento de que las leyes sobre drogas podían no estar actuando tal y como esperaba la nación. Dígame qué es lo que le hizo cambiar de ideas o de forma de pensar.

Friedman: Bueno, yo no diría “cambiar”. Más bien diría “formar” mi pensamiento, porque no recuerdo que nunca estuviera a favor de la prohibición del alcohol o las drogas. Yo crecí… Soy suficientemente viejo para haber vivido parte de la era de la prohibición.

Paige: ¿Y la recuerda?

Friedman: Recuerdo una ocasión en que un compañero de graduación sueco en Columbia quiso llevarme al centro a un restaurante para tomar una comida sueca y me enseñó lo que era el licor aquavit. Era un restaurante en el que este compañero sueco había estado consiguiendo aquavit en plena prohibición, se lo estaban vendiendo. Y esto ocurría justo después de desaparecer la prohibición. Fuimos allí y les pidió aquavit. “¡Oh, no! Aún no tenemos nuestra licencia”. Al final, habló con ellos en sueco y les convenció de llevarnos a la trastienda donde nos dieron un vaso a cada uno. Eso demuestra lo absurdo que era.

La prohibición se suprimió en 1933, cuando yo tenía 21 años, así que yo era un adolescente durante la mayor parte de ella. El alcohol estaba fácilmente disponible. El contrabando era común. La idea de que la prohibición del alcohol impedía a la gente beber era absurda. Había tabernas clandestinas por todas partes. Aún más. Teníamos el espectáculo de Al Capone, los secuestros, las guerras de gángsteres…

Cualquiera con dos ojos podría ver que fue un mal negocio, que estaban haciendo más mal que bien. Además, me convertí en economista. Y como economista tenía que reconocer la importancia de los mercados y de la libre elección y la soberanía del consumidor y llegar a descubrir el mal que se produce cuando se interfiere en ellos. Las leyes contra las drogas se aprobaron en 1914, pero no se aplicaron muy estrictamente.

Paige: ¿Se refiere a la Harrison Act?

Friedman: La Harrison Act. No se aplicó muy estrictamente hasta después de la Segunda Guerra Mundial, para entonces yo ya había sido capaz de ver los efectos negativos de los controles de precios y de rentas y de otros intentos gubernamentales de interferir en cosas del mercado. Así que nunca llegué a estar a favor.

Paige: ¿Hubo algún acontecimiento concreto, algo de lo que usted fuera testigo que le impresionara o fue…?

Friedman: No, no hubo ningún acontecimiento. Fue un efecto acumulativo.
Paige: Por supuesto, usted sabe que hay quienes dicen que cuando desapareció la prohibición, el consumo se incrementó enormemente y que eso sería…

Friedman: Perdone, pero eso sencillamente no es verdad. Las cosas no fueron así. La verdad…

Paige: Se ha argumentado. Se ha argumentado eso.

Friedman: Existen cifras estadísticas incluidas en publicaciones acerca de la cantidad de alcohol consumida. Esas cifras suben abruptamente inmediatamente después la época de la prohibición, pero se refieren al consumo “ilegal” de alcohol. Si tomamos, como he hecho, las tablas de consumo de alcohol antes y después de la época de la prohibición, dicho consumo vuelve más o menos a donde estaba y durante el periodo posterior, si se ha movido ha sido disminuyendo, no en términos absolutos, sino en relación con la población y el crecimiento relativo de los ingresos.
Durante un tiempo, subió bastante lentamente, a la vez que los ingresos, con una excepción. Durante la Segunda Guerra Mundial, se disparó hacia arriba. Pero eso también ocurrió durante la Primera Guerra Mundial. Por supuesto, nunca hubiera prosperado la prohibición si no hubieran estado todos los hombres jóvenes en Francia cuando se votó, así que las mujeres tuvieron una influencia extraordinaria en la misma. Pero lo mismo ocurrió durante la Segunda Guerra Mundial. Y después de la Segunda Guerra Mundial, volvió a bajar. Y más recientemente, el consumo de alcohol ha ido bajando desde una base per capita. Así que, sencillamente no es verdad que hubiera un tremendo incremento.

En lo que se refiere a las drogas, hace algunos años, Alaska legalizó la marihuana. El consumo de marihuana entre los estudiantes de bachillerato de Alaska bajó. Los holandeses, en Holanda, no penalizan las drogas blandas, como la marihuana y preferirían no proscribir las drogas duras, aunque se ven obligados por los compromisos internacionales que han contraído, y el consumo de marihuana entre los jóvenes ha bajado. Y también es interesante que la edad media de consumidores de drogas duras haya subido, lo que significa que no hay nuevos consumidores.
Así que la evidencia es muy variada. Pero tengo que admitir que una consecuencia negativa de la legalización de las drogas es que podría haber más adictos. Sin embargo, me gustaría ver esto desde otra perspectiva.

Un niño que recibe un disparo en un barrio por un tiroteo por una bala perdida es una víctima inocente, en todos los sentidos del término. La persona que decide por sí mismo tomar drogas no es una víctima inocente. Ha elegido ser una víctima. Y tengo que decir que me inspira muchísima menos simpatía. No creo que sea moral imponer esos enormes costes a otra gente para protegerla de sus propias decisiones.

Paige: Para que podamos entender el origen real de esas convicciones, qué le parece si hablamos un momento desde la perspectiva económica del libre mercado y cuál cree que sería el papel apropiado del gobierno en relación con los individuos.

Friedman: El papel apropiado del gobierno sería exactamente el que dijo John Stuart Mill en el siglo XIX en “Sobre la libertad”. El papel adecuado del gobierno sería evitar que otra gente dañe a una persona. El gobierno, dijo, no tiene nunca derecho a inmiscuirse en la vida de una persona por el propio bien de esa persona.

El caso de la prohibición de las drogas es exactamente el mismo que prohibir a la gente comer más de lo debido. Sabemos que el sobrepeso causa más muertes que las drogas. Si en principio está bien que el gobierno diga que no debemos consumir drogas porque nos pueden dañar, ¿por qué no sería correcto que nos diga que no debemos comer demasiado porque nos puede dañar? ¿Por qué no sería correcto que nos diga que no hagamos paracaidismo porque nos podemos matar? ¿Por qué no estaría bien decir “Oh, esquiar no está bien, es un deporte muy peligroso, te harás daño”? ¿Dónde ponemos el límite?

Paige: Bien, apostaría que el anterior responsable antidroga William Bennett y otros tipos en esa línea, probablemente sugerirían que la venta y distribución actual de drogas ilegales es, de hecho, una empresa que daña a otras personas y que el gobierno debe intervenir…

Friedman: [Simultáneamente] Daña a mucha más…

Paige: …para proteger a los más vulnerables.

Friedman: Daña a mucha más gente, pero principalmente por estar prohibida. Actualmente hay un número enorme de víctimas inocentes. Tenemos a la gente a la que le roban sus bolsos, a las que les golpea en la cabeza, gente que trata de conseguir suficiente dinero para su próxima dosis. Tenemos a la gente muerta en las diversas guerras de la droga. Tenemos la corrupción del entorno legal. Tenemos a las víctimas inocentes que son los contribuyentes que tienen que pagar por más y más prisiones y más y más reclusos, y más y más policía. Tenemos al resto de nosotros que no tenemos una aplicación decente de la ley porque todos sus agentes están ocupados tratando de hacer lo imposible.

Y, por fin, tenemos a la gente de Colombia, Perú y otros países. ¿Qué conseguimos destruyendo y enviando a la muerte a miles de personas en Colombia porque no podemos aplicar nuestras propias leyes? Si pudiéramos aplicar nuestras leyes contra la droga, no habría mercado para esas sustancias. Colombia no estaría como está.

Paige: ¿No es cierto que aquí toda la discusión, todo el problema de la droga es un problema económico para…?

Friedman: No, no es un problema económico en absoluto. Es un problema moral.

Paige: ¿En qué sentido?

Friedman: Soy economista, pero el problema económico es estrictamente secundario. Es un problema moral. Es un problema del daño que está infligiendo el gobierno.
He estimado estadísticamente que la prohibición de las drogas produce, de media, diez mil homicidios al año. Es un problema moral que el gobierno ocasione la muerte de diez mil personas. Es un problema moral que el gobierno criminalice a gente, que puede que esté haciendo cosas que usted y yo no aprobaríamos, pero que no hacen nada que dañe e otros. La mayor parte de los arrestos por droga son por posesión de consumidores esporádicos.

Aquí tenemos a alguien que quiere fumar un cigarrillo de marihuana. Si le pillan, va a la cárcel. ¿Es eso moral? ¿Es adecuado? Creo que es una auténtica desgracia que nuestro gobierno, que se supone que es nuestro, pueda estar en situación de convertir en criminales a gente que no daña a otros, de destruir sus vidas mandándolos a la cárcel. Para mí, se trata de eso. La parte económica sólo se necesita para explicar por qué tiene esos efectos. Pero las razones económicas no son las razones básicas.

Por supuesto, estamos despilfarrando dinero en ello. Diez, veinte, treinta mil millones de dólares al año, pero eso es lo de menos. Despilfarramos esas cantidades de muchas otras formas, como pagando cosechas que no se van a producir.

Paige: Hay muchos a los que les gustaría ver la economía… cómo la economía del negocio de las drogas a afecta a la principales ciudades del interior de América, por ejemplo.

Friedman: Por supuesto, lo hace, y porque está prohibida. Mire, si observa la guerra contra las drogas desde un punto de vista puramente económico, el papel del gobierno es proteger al cártel de las drogas. Esta es la realidad, literalmente.

Paige: ¿Lo hace bien?

Friedman: Excelentemente. ¿Qué quiero decir con esto? En un libre mercado normal (digamos, de patatas, carne o lo que quiera), hay miles de importadores y exportadores. Cualquiera pueda entrar en el negocio. Pero es muy difícil que un pequeño empresario pueda dedicarse al negocio de importación de drogas, porque nuestros esfuerzos por impedirlo esencialmente lo hacen enormemente costoso. Así que la única gente que puede sobrevivir en ese negocio son ese tipo de gente como el cártel de Medellín, que tienen suficiente dinero como para tener flotas de aviones, métodos sofisticados y cosas así.

Además de eso, al no permitir esos productos y arrestar, por ejemplo, a los cultivadores locales de marihuana, el gobierno mantiene alto el precio de esos productos. ¿Qué más querría un monopolista? Tiene un gobierno que se lo pone muy difícil a todos sus competidores y mantiene alto el precio de sus productos. Es como estar en el cielo.

Paige: Por supuesto, usted sabe que hay teóricos de conspiraciones que sugieren que eso ocurre por una razón, que es porque los gobiernos están de acuerdo con los traficantes de droga: usted no diría eso.

Friedman: No, no. En absoluto digo eso. Ya sabe usted, una y otra vez en política las buenas intenciones se tuercen. Y las buenas intenciones se tuercen porque se gasta dinero de otros.
Paige: Muchos dirían que muchas de sus teorías se basan en la idea del propio interés: si interesa a un individuo hacer algo, lo hará.

Friedman: No es una teoría y nadie lo negará. ¿Hay alguien que pueda negar que lo que cabe esperar es que cada persona persiga sus propios intereses? Otra cosa es que esos intereses personales no tienen por qué ser limitados. La Madre Teresa persigue su propio interés personal igual que Donald Trump persigue el suyo. Pero ambos persiguen un interés personal.

Paige: Algunos dirían que esa idea (que los intereses personales son los que impulsan a las sociedades y a las personas) es una filosofía despiadada y que los más pobres no saldrían bien parados con esas ideas. Ya ha oído eso antes.

Friedman: Sí, por supuesto. Pero la evidencia es abrumadora. Los únicos países del mundo en los cuales las gentes de bajos ingresos han llegado a conseguir un nivel de vida medianamente decente son aquéllos que confían en mercados capitalistas. Sólo compare la calidad de vida, el nivel de vida de la gente común en Rusia y en, no quiero decir EE.UU., pero en Francia, en Italia, en Alemania, en Inglaterra o en Hong Kong. Compare Hong Kong con la China continental.

Cada sociedad se guía por su interés personal. China continental se guía por su propio interés. La pregunta es ¿Cómo se disciplina el propio interés? La única forma de satisfacer tu propio interés es consiguiendo algo por lo que otra gente está dispuesta a pagar. Tenemos que…

Paige: O haciendo renunciar a otra gente a punta de pistola, supongo.

Friedman: Si puede.

Paige: En último caso.

Friedman: En último caso. Pero así no conseguiremos su cooperación. Podemos ser capaces de matarles. Podemos ser capaces de tomar su riqueza. Pero eso no creará más riqueza. Así, las únicas sociedades que han sido capaces de crear una prosperidad relativa ampliamente extendida han sido aquéllas que han confiado principalmente en los mercados capitalistas. Eso es cierto si vemos Hong Kong frente a China continental, Alemania Oriental frente a Alemania Occidental, Checoslovaquia antes de la Segunda Guerra Mundial y hoy día. No hay ninguna excepción a esta afirmación.

Adam Smith lo expresó de la mejor manera posible hace doscientos años, cuando dijo que la gente que sólo busca perseguir su propio interés se ve guiada por una mano invisible que promueve el interés público, aunque este no forme parte de su intención. El Señor Ford no desarrolló el automóvil Ford por el interés público. Lo hizo por su interés privado.

Paige: Pero Adam Smith también vio un papel para el gobierno, por ejemplo, en la administración de justicia, ¿no?

Friedman: Yo también. No soy partidario de que no haya gobierno. Creo que hay una función real para el gobierno. Y una de las razones por las que me opongo a muchas de las cosas de las que se ha ocupado el gobierno es porque eso hace que no realice sus auténticas funciones. Una función básica es evitar que nos roben en la casa, que nos golpeen en la cabeza. Y puesto que la mayor parte de muestra maquinaria de cumplimiento de la ley se dedica a la guerra contra las drogas, no tenemos ese tipo de seguridad.

Paige: Pero, sin duda, ahí aparece el argumento de que si la policía acude y se lleva a una persona adicta a una droga que no tiene dinero para comprarla, también está sacando de la calle a un potencial ladrón que podría entrar a robar en mi casa, ¿no?

Friedman: Lo está, pero habría más en camino, como sabemos, y además ¿qué van a hacer con él? ¿Lo van a encarcelar? La mayoría de esta gente arrestada lo es simplemente por posesión, son consumidores esporádicos.

Paige: Sin embargo, la anciana de sesenta y cinco o setenta y cinco años que mira por la ventana y ve a traficantes de droga en la calle portando armas y vendiendo a la puerta de su casa tiene derecho a llamar a la policía y decir “quiero que esa gente no esté en mi calle”.

Friedman: Sin duda.

Paige: Y la policía debería quitarles de la calle. ¿Correcto?

Friedman: Sin duda. Pero es un error tener una ley que convierte en eso la principal función de la policía. No culpo a la policía. No culpo a esa mujer. No culpo a los traficantes de drogas.
Paige: ¿En qué sentido?

Friedman: Les ponemos en una situación en la que eso es lo que hay que hacer. Cuando decimos a un joven de los suburbios, “Mira, tienes un trabajo razonable de MacDonalds o en cualquier otro lugar, ganarás cinco, seis, siete dólares a la hora. Pero por otro lado, está la posibilidad de trapichear con drogas en la calle”. ¿Por qué tienen esa posibilidad los jóvenes? Porque la ley es menos severa con los jóvenes que con los adultos.

Paige: ¿Pero cómo cree que afectaría la legalización a los pobres de este país?

Friedman: ¿Los pobres? Depende de qué pobres. Pero en general, la legalización por sí misma no tendría ningún efecto significativo para los pobres. Podría ofrecer mejores oportunidades para los pobres haciendo a las ciudades más seguras y un lugar donde podrían tener un negocio decente y adecuado. Podría ofrecer una oportunidad para mejorar la escolaridad. El deterioro de la escolarización, que es otro caso de socialismo ineficaz, tiene tanto que ver con los problemas de los suburbios como las drogas. Las drogas no son lo único sobre lo que hay que trabajar.

Pero no creo que la legalización deba contemplarse principalmente como una manera de ayudar a los pobres. La legalización es una manera de evitar (como ciudadanos en nuestro forum) que el gobierno utilice nuestro poder para dedicarse a una conducta inmoral que mata gente, quitando la vida sin necesidad a personas en EE.UU., en Colombia y en todas partes.

Paige: Así que usted ve la actividad actual del gobierno como si el Tío Sam fuera a apuntar con un arma a la cabeza de alguien.

Friedman: Eso es lo que está haciendo, por supuesto. Ahora mismo, el Tío Sam no sólo está apuntando a la cabeza de alguien, está apuntando a su propiedad sin un proceso legal adecuado. Los antidroga están expropiando propiedades, en muchos casos de gente inocente sin tener cargos reales contra ellos. Están convirtiendo a ciudadanos en espías e informadores. Decimos a la gente que llame, no hace falta dar el nombre, sólo para compartir sospechas. Esa en una forma terrible de gobernar lo que se supone es un país libre.

Paige: Ocupémonos entonces en los últimos minutos de cuál es su visión concreta. Bajo su sistema, si pudiera pedir un deseo y que se hiciera realidad, ¿qué sistema sería? ¿Cómo legalizaría las drogas? ¿Cómo se ocuparía de ello?

Friedman: Legalizaría las drogas sometiéndolas exactamente a las mismas normas que existen hoy día para el alcohol y el tabaco. El consumo de alcohol y tabaco causa más muertes que el de las drogas, con mucho, pero muchas menos víctimas inocentes. Y las principales víctimas inocentes, en esos casos, son los muertos por conductores borrachos. Y tenemos que hacer cumplir la ley contra conducir bebidos, igual que tenemos que hacer cumplir la ley contra las conducción bajo la influencia de la marihuana, lo cocaína o cualquier otra droga.

Pero trataría, al menos como primera medida, de tratar a las drogas exactamente de la misma forma que ahora tratamos al alcohol y al tabaco, nada más.

Paige: Usted sabe lo que diría el Representante Charles Rangel (Demócrata – Nueva York).

Friedman: He escuchado a Charles Rangel. Es un demagogo, que no ha relacionado lo que dice con los intereses de sus electores. Sus propios electores, la gente a la que sirve, están entre las personas que más se beneficiarían con la legalización de las drogas. Charles Rangel persigue su propio interés.

Paige: Perdóneme por haber citado a alguien, pero sólo quería mencionar una respuesta típica parecida a que si se tratan como el alcohol, hablaríamos de anuncios de cocaína a toda página en revistas. Hablaríamos de anuncios en televisión. Hablaríamos de comprar cocaína…

Friedman: Perdóneme. Anunciar alcohol en televisión está prohibido hoy en día.
Paige: Sólo para licores de alta gradación

Friedman: Para licores de alta gradación. Y digo tratarlas igual que tratemos al alcohol. Así que supuestamente esos anuncios estarían prohibidos.
Pero, por supuesto, en todo caso yo no prohibiría a nadie leer a Mr. Rangel y eso que sus ideas son al menos tan peligrosas como esos anuncios a toda página de los que usted habla.

Paige: ¿Qué es lo que más teme ante la idea de que las drogas sean legales?
Friedman: No temo nada ante la idea de que las drogas sean legales.

Paige: Nada.

Friedman: Lo que me da miedo es la idea de continuar por el camino actual, que destruiría nuestra sociedad libre, convirtiéndola en un lugar no civilizado. Actualmente sólo hay una manera real de hacer cumplir las leyes contra las drogas. La única forma de conseguirlo es adoptar las políticas de Arabia Saudita o Singapur, que aplican otros países, en los cuales un adicto a la drogas está sujeto a la pena capital o, como mínimo, a que le corten las manos. Si queremos tener penas como ésas… ¿pero sería una sociedad en la querríamos vivir?

Paige: ¿Le parecen evidentes esas ideas?

Friedman: Sí. He pensado en ellas durante mucho tiempo. He observado su funcionamiento en este país y en otros durante mucho tiempo. Y encuentro prácticamente increíble cómo la gente puede apoyar el sistema actual de prohibición de las drogas. Hace mucho más mal que bien.

Paige: Si son tan evidentes, ¿por qué está usted tan en minoría, especialmente entre…?

Friedman: Por supuesto. Muy buena pregunta. Y la respuesta es que hay muchos intereses creados que han surgido a partir de la actual guerra contra las drogas. ¿A quién se escucha cuando se habla de drogas? A la gente que tiene la obligación de aplicar las leyes antidroga. Que creen que hacen lo correcto. Son buenas personas. Todos creemos que lo que hacemos merece la pena. Nadie lo hace por motivos perversos. Pero todo es igual en el gobierno.

Paige: ¿No cree que el miedo es uno de los principales apoyos de la actual guerra contra las drogas? Miedo a que, sin ella, se pueda discutir sobre el fondo.

Friedman: Sí, pero es un falso miedo y un miedo promovido. Fíjese en lo que dijo el anterior responsable antidroga, Mr. Bennet. En primer lugar, afirmó que el consumo de alcohol al terminar la prohibición se triplicó o cuadruplicó o algo así. Estaba equivocado, sencillamente equivocado en los hechos. Creó todo tipo de miedos al hablar sobre cuántos nuevos adictos podría haber. Nunca ha presentado la más mínima evidencia, nunca ha ofrecido ejemplos de otro lugar o cualquier otra cosa. ¿Por qué? Porque tiene que hacer su trabajo.

Paige: Intereses creados, dice usted.

Friedman: Intereses creados, intereses propios, los mismos intereses propios a los que se opone la gente en el mercado. Pero en el mercado, si inicias un proyecto, tienes que financiarlo de tu propio bolsillo.

Paige: Última pregunta. Usted tiene nietos.

Friedman: Es verdad.

Paige: Tiene una nieta de dos años.

Friedman: Sí.

Paige: ¿Que se llama…?

Friedman: Se llama Becca.

Paige: Cuando mira a Becca ¿qué imagina para ella y su futuro?

Friedman: Depende totalmente de lo que nosotros y nuestros conciudadanos hagamos con nuestro país. Si continuamos dirigiéndonos cada vez más en dirección al socialismo, no sólo inspirado mediante la prohibición de las drogas, sino mediante la socialización de escuelas, la socialización de la medicina, la regulación de las industrias, imagino para mi nieta algo equivalente al comunismo soviético de hace tres años.

Paige: ¿Le preocupa que las drogas afecten de alguna forma a su nieta?

Friedman: No me preocupan las drogas, sino que el gobierno haga algo respecto de ellas. No me preocupa que ella pueda ser adicta. Tiene buenos padres. Sus padres le ofrecerán buenos modelos…

Paige: Me refería a la violencia alrededor del tráfico de drogas, el…

Friedman: La violencia se debe a la prohibición y nada más. ¿Cuánta violencia hay alrededor del mercado del alcohol? Alguna, sólo porque prohibimos la venta de alcohol a los niños, que debe hacerse, y también porque establecemos impuestos muy altos y, como consecuencia, se incentiva el contrabando. Pero no hay más violencia en su entorno.

lunes, 26 de octubre de 2009

Declaración de Principios del Libertarian Party.


Declaración de Principios del Libertarian Party.
1.0 Libertad Individual
Las personas deben tener libertad para tomar decisiones por sí mismos y aceptar la responsabilidad de las consecuencias de las decisiones que tomen. Ninguna persona, grupo o gobierno puede iniciar la fuerza contra cualquier otra persona, grupo o gobierno. Nuestro apoyo de un derecho del individuo a tomar decisiones en la vida no significa que necesariamente aprueba o desaprueba las decisiones.
1.1 Expresión y Comunicación
Apoyamos la plena libertad de expresión y oponerse a la censura del gobierno, la regulación o el control de los medios de comunicación y la tecnología. Nos favor de la libertad de participar o de abstenerse de cualquier actividad religiosa que no violen los derechos de los demás. Nos oponemos a las acciones del gobierno que sea de ayuda o atacar cualquier religión.
1.2 Personal de Privacidad
Apoyamos la protección prevista por la Cuarta Enmienda a ser segura en nuestras personas, hogares, y los bienes. Sólo las acciones que atentan contra los derechos de los demás puede ser llamado correctamente los delitos. Nos favor de la derogación de todas las leyes la creación de "crímenes" sin víctimas, tales como el uso de drogas o medicamentos para fines recreativos.
1.3 relaciones personales
Orientación sexual, preferencia, género o identidad de género no debería tener impacto sobre los derechos de los individuos por el gobierno, como el actual en el matrimonio, la custodia de los hijos, la adopción, la inmigración o leyes sobre el servicio militar. Adultos deberían ser libres de elegir sus propias prácticas sexuales y las relaciones personales. Gobierno no tiene la autoridad para definir, licencia o restringir las relaciones personales.
1.4 Aborto
Reconociendo que el aborto es una cuestión delicada y que la gente pueda celebrar de buena fe puntos de vista sobre todas las partes, creemos que el gobierno debe mantenerse fuera de la cuestión, dejando la cuestión a cada persona para su examen de conciencia.
1.5 Delincuencia y la Justicia
Gobierno existe para proteger los derechos de cada individuo, incluyendo la vida, la libertad y la propiedad. Las leyes penales debe limitarse a la violación de los derechos de los demás por la fuerza o fraude, o acciones deliberadas que otros involuntariamente lugar en un riesgo significativo de daño. Las personas conservan el derecho a asumir voluntariamente el riesgo de daño a sí mismos. Apoyamos la restitución de la víctima en la mayor medida posible a expensas de la penal o la negligencia infractor. Nos oponemos a la reducción de las garantías constitucionales de los derechos de los acusados penalmente. Los derechos del debido proceso, un juicio rápido, abogado, el juicio por jurado, y la presunción legal de inocencia hasta que se pruebe su culpabilidad, no debe ser negada. Afirmamos el derecho común derecho de los jurados para juzgar no sólo los hechos sino también la justicia de la ley.
1.6 Autodefensa
El único uso legítimo de la fuerza es en defensa de los derechos individuales - la vida, la libertad, la justicia y los bienes adquiridos - en contra de la agresión. Este derecho inherente a la persona, que pueden ser de acuerdo a la ayuda de ninguna otra persona o grupo. Afirmamos el derecho a poseer y portar armas, y oponerse a la persecución de los individuos para ejercer sus derechos de legítima defensa. Nos oponemos a todas las leyes en cualquier nivel de gobierno que requieren de registro, o restringir, la tenencia, fabricación, o la transferencia o la venta de armas de fuego o municiones.
2.0 Libertad Económica
Un mercado libre y competitivo asigna recursos de la manera más eficiente. Cada persona tiene el derecho a ofrecer bienes y servicios a terceros en el mercado libre. El único papel adecuado del gobierno en el ámbito económico es la protección de los derechos de propiedad, resolver controversias, y proporcionar un marco jurídico en el que el comercio es voluntario protegidas. Todos los esfuerzos del gobierno para redistribuir la riqueza, o para controlar o administrar el comercio, son impropias en una sociedad libre.

2.1 la propiedad y el contratoLos derechos de propiedad tienen derecho a la misma protección que todos los demás derechos humanos. Los propietarios de los bienes con el pleno derecho a controlar, a usarlos, a disponer de, o de ninguna manera disfrutar, de sus bienes sin la injerencia, hasta ya menos que el ejercicio de su control viola el válido derechos de los demás. Nos oponemos a todos los controles sobre los salarios, precios, rentas, beneficios, producción, y las tasas de interés. Abogamos por la derogación de todas las leyes que prohíben o restringen la publicidad de precios, productos o servicios. Nos oponemos a todas las violaciónes del derecho a la propiedad privada, la libertad de contrato, y la libertad de comercio. El derecho al comercio incluye el derecho a no comerciales - por cualquier motivo que sea. En caso de que la propiedad, incluida la tierra, se ha tomado de sus legítimos propietarios por el gobierno o de acción privada, en violación de los derechos individuales, que favorecen la restitución a sus legítimos propietarios.
2.2 Medio Ambiente
Apoyamos un medio ambiente limpio y saludable y el uso razonable de nuestros recursos naturales. Propietarios de tierras privadas y los grupos de conservación tienen un gran interés en el mantenimiento de los recursos naturales. La contaminación y el uso indebido de los recursos causar daños a nuestro ecosistema. Los gobiernos, a diferencia de las empresas privadas, son irresponsables de los daños realizada a nuestro medio ambiente y tienen un terrible historial en lo que se refiere a la protección del medio ambiente. Proteger el medio ambiente requiere una definición clara y el cumplimiento de los derechos individuales de los recursos como la tierra, el agua, el aire, la fauna y la flora. Los mercados libres y los derechos de propiedad de estimular las innovaciones tecnológicas y cambios de comportamiento necesarios para proteger nuestro medio ambiente y los ecosistemas. Somos conscientes de que nuestro planeta el clima está cambiando constantemente, pero defensores del medio ambiente y la presión social son los medios más eficaces de cambiar el comportamiento público.
2.3 Energía y Recursos
Si bien la energía es necesaria para alimentar una sociedad moderna, el gobierno no debe subsidiar cualquier forma particular de la energía. Nos oponemos a todos los gobiernos el control de los precios de la energía, la asignación, y la producción.
2.4 Finanzas Públicas y el gasto
Todas las personas tienen derecho a mantener los frutos de su trabajo. Hacemos un llamamiento para que la derogación del impuesto sobre la renta, la abolición de la Servicio de Rentas Internas federal y todos los programas y servicios no necesarios en virtud de la Constitución de los EE.UU.. Nos oponemos a todos los requisitos legales obligando a los empleadores a actuar como recaudadores de impuestos. Gobierno no debe incurrir en la deuda, que carga las futuras generaciones sin su consentimiento. Apoyamos la aprobación de un "presupuesto equilibrado Enmienda" a la Constitución de los EE.UU., siempre que el presupuesto es equilibrado exclusivamente mediante la reducción de los gastos, y no por la recaudación de impuestos.
2.5 Dinero y Mercados Financieros
Estamos favor del libre mercado bancario, con libre competencia entre los bancos y las instituciones depositarias de todo tipo. Las personas que participan en el intercambio voluntario debe ser libre de utilizar el dinero como sea mutuamente aceptable básicos o tema. Apoyamos que se ponga fin a las políticas monetarias inflacionistas, la derogación de leyes de curso legal y obligatorio gubernamentales de unidades de cuenta.
2.6 Monopolios y Empresas
Defendemos el derecho de las personas para formar empresas, cooperativas y otros tipos de empresas sobre la base de asociación voluntaria. Buscamos a ceder el gobierno de todas las funciones que pueden ser proporcionados por organizaciones no gubernamentales o personas privadas. Nos oponemos a los subsidios del gobierno a las empresas, la mano de obra, o de cualquier otro interés especial. Industrias deben regirse por el libre mercado.
2.7 Los mercados de trabajo
Estamos a favor de derogar todas las leyes que impiden la capacidad de toda persona a encontrar empleo. Nos oponemos a los gobiernos fomentado jubilación forzosa. Apoyamos el derecho a la libertad de las personas de asociarse o no asociarse en sindicatos, y un empleador debe tener el derecho a reconocer o se niegan a reconocer un sindicato. Nos oponemos a la injerencia del Gobierno en la negociación, tales como el arbitraje obligatorio o la imposición de una obligación de negociar.
2.8 Educación
Educación, al igual que cualquier otro servicio, siempre es mejor por el libre mercado, lograr una mayor calidad y eficiencia con más diversidad de opciones. Las escuelas deben ser gestionados a nivel local para lograr una mayor rendición de cuentas y la participación de los padres. Reconociendo que la educación de los niños está inextricablemente ligada a los valores morales, nos devolver la autoridad a los padres a determinar la educación de sus hijos, sin la interferencia del gobierno. En particular, los padres deben tener el control y la responsabilidad de todos los fondos gastados para la educación de sus hijos.
2.9 Cuidado de la Salud
Estamos a favor de la restauración y revitalización de un mercado libre sistema de atención de salud. Reconocemos la libertad de los individuos para determinar el nivel de seguro de salud que desean, el nivel de la atención de la salud que quieren, los prestadores de asistencia que desean, los medicamentos y los tratamientos van a utilizar y todos los demás aspectos de su atención médica, incluidos los de fin de decisiones de vida.
2.10 Jubilación y Seguridad de los Ingresos
La planificación de la jubilación es la responsabilidad de la persona, no el gobierno. Nos favor de la sustitución de la actual patrocinados por el gobierno del sistema de Seguridad Social con un sistema voluntario privado. Una buena fuente de ayuda para los pobres es el esfuerzo voluntario de los grupos privados y particulares.
3.0 Garantizar la Libertad
La protección de los derechos individuales es la única finalidad de buen gobierno. Gobierno está constitucionalmente limitado a fin de evitar la infracción de los derechos individuales por el propio gobierno. El principio de la no iniciación de la fuerza debe guiar las relaciones entre los gobiernos.
3.1 de Defensa Nacional
Apoyamos el mantenimiento de un militar suficiente para defender a los Estados Unidos contra la agresión. Los Estados Unidos deberían abandonar sus intentos de actuar como policía para el mundo y evitar el enredo de alianzas. Nos oponemos a cualquier forma de servicio nacional obligatorio.
3.2 Seguridad Interior y Derechos Individuales
La defensa del país exige que tenemos suficiente inteligencia para detectar y contrarrestar las amenazas a la seguridad interior. Este requisito no debe tener prioridad sobre el mantenimiento de las libertades civiles de nuestros ciudadanos. La Carta de Derechos establece ninguna excepción para un tiempo de guerra. Los organismos de inteligencia que legítimamente tratan de preservar la seguridad de la nación deben estar sujetas a la supervisión y la transparencia. Nos oponemos a la utilización del gobierno de secreto para mantener las clasificaciones de la información pública que debe tener, sobre todo que lo que demuestra que el gobierno ha violado la ley.
3.3 Asuntos Internacionales
La política exterior americana debe buscar una América en paz con el mundo y su defensa contra el ataque desde el exterior. Queremos poner fin al actual gobierno de los EE.UU. la política de la intervención extranjera, incluidos los militares y la ayuda económica. Reconocemos el derecho de todos los pueblos a resistir la tiranía y defender a sí mismos ya sus derechos. Condenamos el uso de la fuerza y, en particular, el uso del terrorismo, contra los inocentes, independientemente de si esos actos son cometidos por los gobiernos o políticos o grupos revolucionarios.
3.4 de Libre Comercio y Migración
Apoyamos la eliminación de los impedimentos gubernamentales para el libre comercio. La libertad política y escapar de la tiranía demanda que las personas no ser excesivamente limitado por el gobierno en el cruce de las fronteras políticas. La libertad económica exige la libre circulación de los humanos, así como el capital financiero a través de las fronteras nacionales. Sin embargo, apoyamos el control de la entrada en nuestro país de los extranjeros que constituyen una amenaza a la seguridad, la salud o los bienes.
3.5 Derechos y Discriminación
Condenamos la intolerancia irracional y repugnante. Gobierno no debe negar o limitar a cualquier persona de los derechos de la basada en el sexo, riqueza, raza, color, credo, edad, origen nacional, los hábitos personales, preferencias políticas o la orientación sexual. Los padres, tutores u otras, tienen derecho a criar a sus hijos de acuerdo con sus propias normas y creencias.
3.6 Representante de Gobierno
Apoyamos los sistemas electorales que son más representativos de los electores a nivel federal, estatal y local. Privadas grupos de voluntarios, los partidos políticos deben poder establecer sus propias normas de procedimientos para la presentación de candidaturas, primarias y convenciones. Hacemos un llamamiento para que se ponga fin a cualquier impuesto financiados por subvenciones a los candidatos o los partidos y la derogación de todas las leyes que restringen la financiación voluntaria de las campañas electorales. Nos oponemos a las leyes que excluyen de otros candidatos y partidos, negando el acceso votación, gerrymander distritos, o negar a los votantes su derecho a examinar todas las alternativas legítimas.
3.7 Autodeterminación
Siempre que cualquier forma de gobierno se vuelve destructiva de la libertad individual, es el derecho del pueblo a alterar o abolir, y de acuerdo con esa nueva gobernanza que a ellos se parecen más probabilidades de proteger su libertad.
4.0 Omisiones
Nuestro silencio sobre cualquier otro gobierno en particular, ley, reglamento, ordenanza, directiva, decreto, el control, el organismo regulador, la actividad, la maquinación o no debe interpretarse que implica su aprobación.




Publicado por Jorge Saavedra P. en 12:37 PM 3 comentarios Enlaces a esta entrada

jueves, 22 de octubre de 2009

La libertad y la búsqueda de la felicidad













Que es ser liberal






Libertad es la piedra angular del liberalismo –que no en vano de ella toma el nombre-. Ahora bien, ¿qué es la libertad? No existe una respuesta fácil a esta pregunta, que ha ocupado a eminentes filósofos, y de hecho diferentes sistemas políticos han proclamado aplicarse a protegerla con resultados claramente divergentes. Unos y otros decían estar protegiendo la libertad “verdadera”. No nos interesa a estos efectos la discusión en el plano trascendente acerca de si el Hombre es o no verdaderamente libre. Quedémonos, pues, con la siguiente idea: Libertad puede ser tanto “posibilidad” como “no impedimento”. Puede parecer que ambas cosas son cara y cruz de una misma moneda, pero esto sólo es parcialmente cierto, especialmente cuando hablamos de un derecho a la Libertad.
En efecto, decir que tengo derecho a ser Libre, ¿significa que tengo derecho a que se me abran cursos adicionales de acción o, por el contrario, que no se me restrinjan los que efectivamente tengo? A la primera noción la denominaremos “libertad positiva”, en tanto que a la segunda la llamaremos “libertad negativa”. La segunda alternativa es la que propugnamos los liberales.

Obsérvese que en función de que Libertad se entienda en uno u otro sentido, el papel que se reserva al Estado cambia muy sustancialmente. En efecto, mientras que la libertad negativa sólo se protege, la libertad positiva se promueve. Muy a menudo, además, esa promoción de la libertad positiva es a costa de introducir, en última instancia, restricciones en la libertad de otros. En resumidas cuentas, la “libertad positiva” es un concepto indeseable porque suele terminar por dejar expedito el camino a intervenciones del poder político cuyo resultado es un menor nivel de libertad negativa.
Así pues, libertad es ausencia de restricciones. Ausencia de restricciones en la “búsqueda de la felicidad” o, en un lenguaje más actual, al desarrollo del plan de vida de cada uno conforme a sus propios intereses, valores y creencias.

Naturalmente, no es verdad que nuestra libertad sea totalmente irrestricta. Según es ya lugar común, nuestra libertad encuentra un freno en la libertad de los demás o, dicho de otro modo, hemos de ceder espacios de libertad debido a la circunstancia, absolutamente necesaria, de que hemos de vivir en sociedad. Tenemos que dejar, naturalmente, que los demás también se desarrollen, no por gracioso altruismo, sino porque nuestra propia existencia sólo es posible en su compañía.
Si la libertad es el valor supremo, se sigue que las restricciones a la misma han de venir presididas por el principio de intervención mínima. Dicho en un lenguaje económico, la renuncia a la libertad ha de ser la mínima imprescindible para poder obtener un beneficio que lo compense. Así, en un ejemplo muy sencillo, nos sometemos a la ordenación del tráfico para poder hacer efectivo nuestro derecho a la libertad de circulación –un derecho del haz que, efectivamente, comprende la Libertad-. Renunciamos a nuestro derecho de autodefensa a favor de un monopolio de la fuerza por parte del Estado en la medida en que, en promedio, esto termina resultando mejor para todos, y un largo etcétera.

La cuestión de la búsqueda de la felicidad o del propio estilo de vida es muy interesante, porque nos conduce al problema de la tolerancia, o de la convivencia de distintas morales privadas. Desde la perspectiva liberal –y debo este razonamiento, en particular, a John Gray- hemos de partir de que cada uno ordena su vida con arreglo a diferentes concepciones de “bien” (por tanto, con arreglo a distintos patrones éticos, que tendrán en común que todos hemos de llevar una “vida buena”, aunque esto puede significar distintas cosas). Muchas de esas concepciones del bien son entre sí inconmensurables o, dicho de otro modo, no hay manera de saber cuál es preferible. Dado que la Libertad implica el derecho de cada uno a vivir conforme entienda más correcto, ser tolerante con esas diferentes concepciones del bien es algo que encaja perfectamente con el liberalismo. Ahora bien, esto requiere dos matices de gran importancia:

Que existan múltiples concepciones aceptables de “vida buena” no excluye que existan concepciones no aceptables. Las morales privadas son perfectamente válidas en cuanto no contraríen los sencillos pero robustos límites mínimos de la moral pública. El liberalismo no es, ni mucho menos, relativista. No son aceptables –y por no aceptables no quiere decirse que no puedan ser defendidas, sino que, de convertirse en el patrón general darían lugar a una sociedad ilegítima (o injusta, si se prefiere)- las concepciones morales que no respetan la libertad de los demás. No es verdad que no haya morales superiores y morales inferiores (lo que no es óbice para que pueda afirmarse igualmente que no hay moral suprema).


Que estemos obligados a ser tolerantes implica que estamos facultados para exigir tolerancia. Una de las múltiples concepciones aceptables del bien puede ser, por supuesto, la nuestra propia. El liberalismo es, pues, compatible con diferentes éticas, a condición de que sean respetuosas con la idea nuclear de la Libertad. Y puede darse, por tanto, en sociedades con esquemas morales diferentes. Se puede ser, por tanto, liberal desde muy diversas convicciones y, por supuesto, defenderlas.


miércoles, 21 de octubre de 2009

Pacto de no agresión Chileno - Peruano



Pacto de no agresión Chileno-Peruano: Una excelente Idea
Oct. 17 , 2009

Escrito por Jorge Schaulsohn bajo la categoría





Perú ha propuesto a Chile suscribir una pacto de no agresión lo que ha sido tajantemente rechazado por nuestras autoridades por medio del Ministro de Defensa quien ha dicho que la sugerencia le recordaba a la Alemania nazi haciendo alusión a similar pacto entre Hitler y Stalin durante la Segunda Guerra Mundial; a sus palabras se sumó inexplicablemente el Canciller.
Como si esto fuera poco, Chile denominó a sus ejercicios militares a efectuarse en el norte como “Operación Salitre” como si quisiera recordarle a los peruanos la guerra del pacífico que hasta hoy nos divide; además de consignar en su libreto que la hipótesis del ensayo consiste en aplacar a un país limítrofe que no respetó los tratados internacionales, lo que provocó, como era de esperar la molestia peruana y obligó a los chilenos a corregirlo a sugerencia de Estados Unidos.
¿Pero es tan mala la idea peruana? En lo absoluto, más aún es una excelente idea, que lejos de ser rechazada debió haber sido ser acogida con entusiasmo por nosotros porque interpreta al sentido común imperante hoy en todo el mundo. Un pacto de no agresión es un acuerdo entre estados soberanos que mantienen diferencias, por lo general territoriales, de que resolverán siempre sus disputas por medios pacíficos sin recurrir jamás a la violencia armada. Habría sido un gran alivio si un pacto de estas características hubiese existido por ejemplo en 1979 cuando estuvimos al borde de una guerra con Argentina la que sólo se evitó a última hora gracias a la mediación del Papa. De hecho hoy, tras esa experiencia traumática tenemos uno con esa nación, denominado Tratado de Paz y Amistad de 1984 el cual, precisamente nos obliga a no agredirnos mutuamente bajo ninguna circunstancia. La historia está repleta de ejemplos pactos de no agresión. El de Callias en el año 450 antes de Cristo en Grecia, el Tratado de Londres de 1518, el Soviético-Japonés, el Franco-Soviético, el celebrado entre los países del Sudeste Asiático y Corea Del Norte en la década de los noventa y el que estudian Israel y el Líbano por estos días, solo para mencionar algunos.
Perú y Chile tienen hoy una diferencia limítrofe que está sometida a la Corte Internacional de La Haya. Nada sacamos con ofendernos porque Perú haya resuelto recurrir a ella. Esta en todo su derecho. Después de todo ambos países asi lo acordaron mediante tratados. Esa es por lo demás la forma correcta de hacer las cosas: Si una parte se siente agraviada debe utilizar los mecanismos contemplados en el Derecho Internacional para hacer valer sus puntos de vista. Los chilenos podemos repetir hasta la saciedad que tenemos la razón, pero no hay garantías de ninguna especie que asi lo resuelvan en La Haya y por lo tanto tenemos que estar preparados para un fallo total o parcialmente adverso. Eso forma parte de las reglas de juego desde el instante mismo en que aceptamos a dicho tribunal como competente para resolver.
Por ello, el pacto de no agresión propuesto por Perú no constituye ofensa sino mas bien un complemento natural de la vocación pacífica de ambas naciones. A mi me habría gustado que Chile lo hubiese planteado antes. O es que caso si no nos gusta el fallo recurriremos al uso de la fuerza en contra del Derecho Internacional? Reafirmar por medio de un pacto explícito el compromiso irrevocable de ambos países de abandonar para siempre la “opción militar” es lo que corresponde en los tiempos modernos, lo que han hecho los europeos tras la segunda guerra mundial.
Lamentablemente, estamos haciendo todo lo contrario, respondiendo con un lenguaje amenazante con frases rimbombantes tales como que a “Chile nadie le doblegara la mano”, que “nuestras Fuerzas Armadas jamás han sido vencidas” , que “no retrocederemos un milímetro”. El chauvinismo es torpe y peligroso porque si La Haya no nos da la razón tendremos que tragarnos estas frases amenazantes y porque proferirlas en nada ayuda a nuestra causa. En el ínter tanto, continuamos gastando miles de millones de dólares en armas de todo tipo llegando a ser el país que mas recursos destina a ello en toda América Latina.Sostengo que la Cancillería peruana nos esta dando cancha tiro y lado en esta disputa, desplegando una estrategia pro activa, comunicacionalmente inteligente y serena, a nivel internacional, dando a conocer públicamente su postura juridica, despachando emisarios tomando la iniciativa y lo que es más irritante, posesionándose como el país que busca desesperadamente descartar un enfrentamiento y mantener la paz; mientras que Chile, pese a tener sólidos argumentos jurídicos que favorecen su causa aparece beligerante, arrogante y confundido.

"A veces pienso que como pais somos penca"



Por Juan Andrés Guzmán - Foto: Alejandro Olivares The Clinic -



Reproducción AutorizadaHace un año Felipe Lamarca remeció al mundo empresarial afirmando en una entrevista a La Tercera que "este país no va a cambiar mientras las elites no suelten la teta". Ex hombre fuerte del grupo Angelini y ex presidente de la SOFOFA, sus palabras tenían el peso de quien las dice desde adentro del sistema, de quien conoce los secretos de la máquina y decide revelarlos. En esa oportunidad llamó a corregir el modelo económico, criticó a los monopolios en la política y sobre todo en la economía y denunció "un problema de desigualdad que no da para más". Sus palabras cayeron como bomba. Lamarca recuerda que en los días siguientes "me dieron con todo.


Reaccionaron los empresarios, se organizó la SOFOFA, El Mercurio sacó 18 giles hablando contra lo que había dicho y no tuve la opción de decir nada. Me dieron y me dieron. Me habían ofrecido directorios y me llamaron para decirme, olvídate. Pasó lo que pasa siempre que alguien dice algo que no le gusta a la elite". Pese al cerco, las palabras de Lamarca tuvieron resonancia. Y si hoy se las suma a las de Longueira, a las de Escalona, a las de la misma Presidenta, queda claro que el descontento con los resultados del sistema económico tiene un nutrido grupo de actores políticos y sociales con ganas de hacerle cambios.


Hace un año usted dijo "este país no va a cambiar mientras las elites no suelten la teta". ¿Qué ha pasado desde entonces? ¿La soltaron o la siguen teniendo igual de aferrada? Creo que las elites se siguen sintiendo cómodas. Hay un muy buen entendimiento entre el sector político y el empresarial y ese entendimiento, por supuesto, ha permitido que el país prospere. Pero falta reconocer que hay un problema de equidad, de desigualdad muy grande. Hoy nos sobra plata y también nos sobran las angustias. Hay un gran porcentaje de la población que se levanta y se acuesta con angustia. Es cierto que la pobreza ha bajado, pero los que antes eran pobres ahora son sectores medios. Y ellos, que representan el 70 por ciento de este país, están tratando de vivir mejor, quieren poner a los hijos en un buen colegio y quizás pasar 15 días de vacaciones en algún lugar. Ellos viven tremendamente ajustados, con el espectro del desempleo y de las deudas encima. Por otro lado, hemos pasado de un país de 3 mil dólares per cápita a uno que recibe 8 mil dólares o más. Pero nuestras políticas de vivienda, educación y salud siguen siendo las de un país de 3 mil dólares. Si hoy llevamos a un experto internacional a ver las famosas casas chubi, va a preguntarse dónde están los 8 mil dólares per cápita, va a creer que hay algo que no funciona. Pienso que nadie se hace cargo de esos problemas, todos se sienten cómodos.



La Concertación lleva varios gobiernos y puede seguir gobernando otro poco. La Alianza no ha podido estructurar una oferta de ideas razonable y al sector privado le ha ido bien. Todos estamos viviendo mejor que antes y una proporción del país tiene mucho más de lo que nunca soñó ni en sus mejores sueños. Pero la prosperidad no está bien distribuida. Somos prósperos pero no justos. La palabra justicia no se usa mucho en economía. Tampoco la palabra ética. Hace poco Eduardo Engel nos dijo que la solución para hacer una sociedad más justa no es mandar a los empresarios a cursos de ética sino dejarlos producir. En eso difiero completamente. Creo que es urgente que la ética entre en la economía y fuerte. Y una forma es que las empresas transparenten sus políticas laborales y salariales.


¿A qué se refiere con transparentar?


Cuando usted va a una reunión de accionistas le dicen cuál es la política de inversiones de la empresa, la política de dividendos, la política ambiental. Pero nunca dicen nada sobre su política laboral. Yo digo, haga lo que quiera, pero dígame lo que va a hacer y cúmplalo. Eso pasó, por ejemplo, con el tema medioambiental. A nadie le importaba hasta que llegaron los verdes y empezaron a joder y lograron instalar el tema. Y ahora las empresas se preocupan de tener política ambiental y publican una memoria donde dicen qué hicieron. Ahora empezaron unos señores a joder con las responsabilidades sociales, y algunas empresas han sacado una memoria social. Lo próximo que tiene que salir es una memoria ética. Lo que quiero es que me digan: voy a pagar a los proveedores en 180 días, voy a reajustar a mi gente de tal manera, voy a tener a tanta gente contratada, voy a tener una tabla de descuentos por volumen, etc.


¿Por qué eso puede tener algún efecto en la ética de las empresas?


Porque cuando tienes que desvestirte en público, cuando tienes que decir así actué, te cuidas un poco más. La empresa tiene que preocuparse de la estética social, que las cosas tengan armonía, equilibrio. La transparencia va a producir cierto equilibrio, porque todos podremos saber con quién nos estamos entendiendo.


¿Y qué hacen los trabajadores de las empresas que tienen enormes ganancias?

¿Esperar a que los dueños decidan transparentar sus políticas y las cambien por pudor?

¿Qué haría usted si estuviera ahí?


Empezaría por exigir un trato parecido al resto de los trabajadores porque estoy seguro de que a los ejecutivos les dan bonos anuales. Preguntaría ¿por qué a ellos les das y no a mí? Yo le contesto: "porque detrás de ti hay 10 como tú. Y sabes qué más, te fuiste cagando". Sí. Y ahí es donde tenemos una falencia. Eso hay que cambiarlo. No puede ser que cuando la gente pide mejoras se vaya para afuera. En eso tiene que haber una cierta justicia laboral que funcione. Así como hay ciertas cosas que uno le aceptaría a una empresa, hay otras que no se pueden aceptar. Para los empresarios hoy, ¿es un problema la desigualdad? Todavía es una preocupación de nivel bajo. Ahora, seamos claros también: la desigualdad y el desempleo son problemas mundiales y resolver la desigualdad nos va a costar mucho. Pero en el empleo podemos hacer bastante.


¿Da por perdida la pelea contra la desigualdad?


No, pero la primera prioridad para mí es el empleo y la educación. Y para abrir una discusión sobre ese tema, me preguntaría: ¿una empresa que da muy poquito empleo debe pagar el mismo impuesto que una empresa que da mucho? Si pensamos que el desempleo es una carga para la sociedad, el que da mucho empleo debiera tener algún beneficio. Porque ese tipo me está ayudando a mi a resolver un problema social. Yo a las pymes, que son las que dan más empleo, las ayudaría mucho.


¿Qué le parece la propuesta de eliminar las indemnizaciones que lanzó el senador Ominami?


Aparentemente eso puede aumentar el empleo. Para mí lo que están diciendo es simplemente "bajemos los sueldos"


¿Por qué?


Porque cuando a uno lo contratan sabe que va a ganar tanto y además, va a tener un sueldo más por año hasta un tope de 11 años. Cuando la clase media hace sus proyectos, cuenta con ese dinero. Yo estoy de acuerdo en ver mecanismos menos onerosos para la empresa. Pero tal como se ha planteado es una propuesta para bajar los sueldos. Yo no puedo dejar de preguntarme cuál es la cultura ética que hay detrás de todo esto.


¿Y cuál cree que es la ética?


La misma que hay con el tema de la previsión. Todos estamos de acuerdo en que tiene que haber mejor previsión. Pero se decide arreglar la previsión manteniendo el IVA que es el impuesto más regresivo socialmente. O sea, estamos mejorando la pensión de los que menos tienen, con la plata de los que menos tienen. ¿Por qué hacer eso cuando tienes plata del cobre, de los impuestos de las empresas? ¿Por qué recargan al pobre? Después dicen, vamos a hacer que haya más empleo bajándole el sueldo a la gente, porque eso significa quitarles la indemnización. Eso es como decir: "los pobres a su pobreza y los ricos a su riqueza".


Para usted, ¿qué explicación tienen estas decisiones? Pienso que por un lado, como ya se le ha puesto mucha plata a los problemas sociales sin grandes resultados, el gobierno está asustado de seguir botando recursos por ahí. Por otra parte al sector privado también le da susto cambiar cualquier regla, porque piensa que se puede arruinar este sistemita que le ha resultado perfecto.

Al final, lo del Gatopardo: que todo cambie para que todo siga igual. Y unos siguen ganado plata y los otros gobernando.


Pero ¿quién está preocupado del grueso de la gente? Mire, le prometimos a este país que con este sistema socioeconómico nos iba a ir bien y que el sistema iba a chorrear. Pero el sistema con suerte gotea. Y llevamos 30 años con el sistema. ¿Tenemos que esperar 30 años más? No nos alcanza la vida para eso. Y a los que no les llegó, ¿son una generación perdida? Bueno, algunos economistas de la Concertación dicen que las personas sin especialización, los que ganan entre 100 y 200 mil pesos, son justamente una generación perdida. Tal vez sus hijos, si se invierte en educación, puedan pegarse un salto. No estoy de acuerdo. No puede haber una generación perdida cuando hay plata.


Me pregunto qué viabilidad tiene su discurso.


Porque en cosas tan simples como el royalty minero los empresarios reaccionaron como si el mundo se fuera a acabar. Sí. Y el royalty no es una mala idea, porque cuando tú te llevas mi cordillera y me dejas un hoyo, algo me tienes que pagar. Cuando uno lucra con bienes comunes tiene que devolverle algo a la sociedad. Y el royalty es una cagada de este porte (junta los dedos). Fíjese, además, que las empresas extranjeras se instalaban aquí con créditos de su casa matriz, así que como estaban endeudadas, no tenían utilidades. Además la ley tributaria chilena les aguantó que parte de lo que ganaban aquí lo pudieran atribuir a gastos de la casa matriz. Y también, pagaban menos impuestos que todos los chilenos. Y no querían pagar royalty. Yo miro todas estas cosas y a veces siento que como país somos pencas??? Estados Unidos, por último, tiene una cosa que se llama Charity. Y tú entras a un museo y ves una lista de 100 huevones que aportaron a ese museo. Entras a un teatro y lees que lo regaló no se quién. Hace poco Warren Buffett, un gallo rico rico, donó 30 mil millones de dólares a la fundación de Bill Gates para que los destinara a sus proyectos sociales, ¿Aquí en Chile hay Charity? No, somos unos cagones. Al año las utilidades de las empresas chilenas deben ser entre 30 y 35 mil millones de dólares. Con un uno por ciento de esas utilidades tendrías 350 millones de dólares. Pero si sumas todo lo que dan todas las empresas no llegas a esa cifra. ¿De dónde viene la mayor parte de lo que reciben las instituciones de beneficencia? El 60 por ciento de personas que ponen una luca. Pienso que Chile hoy, por todo lo que vivimos, debiera ser distinto. Porque aquí estamos los mismos que estuvimos en los 60, 70, 80 y la verdad es que el Chile de hoy es mucho mejor de lo que pudimos soñar entonces y tenemos muchas más lucas de las que pensamos tener en el mejor de los sueños.


¿Podemos devolver algo o no?


Bueno, la economía nos enseña que tenemos que ser egoístas y que en la medida en que yo vele por mis intereses el resto de la sociedad se va a ver beneficiada indirectamente. Eso es cierto. Y yo pienso, en esos casos, en el ejecutivo de la empresa que le dicen que este año tiene que ganar 100 y gana 180. Y entonces le dicen, bueno, si ganaste 180 la meta del otro año es 250. Y uno dice ya. Y al otro año es 500. Y tú empiezas a decir, qué cresta hago. Y algunas cosas las haces con visión pero otras las haces apretando a tu gente para abajo, apretando a los consumidores y a los proveedores.


¿Cómo logras esas metas?


Apretando. Además, ese huevón abre el diario y lee que el precio objetivo de la acción de su empresa es tal. El gallo recibe presiones de todos lados. Pero no todo es plata. Ese ejecutivo es chileno, está en una sociedad y tiene que preocuparse de esa sociedad, porque si uno lleva esta lógica al extremo, se te rebelan todos y te liquidan. Mire, hoy de lo que hay en exceso en el mundo es plata. Hay tal exceso que antes los intereses llegaron al 20 por ciento y hemos pasado años con intereses del 1 por ciento. O sea, el capital es un factor barato. Pero el capital, siento el factor más barato, es el que se lleva la gran torta de las utilidades. Bueno, ahí hay algo que no calza. Y por otra parte uno dice, cuánto valdría ese capital, si el tipo que está en la empresa el sábado y el domingo, dice, sabe que más, no estamos más. Si dicen eso, el capital vale huevo.


¿Cree que en la sociedad hay malestar hoy, como lo detectaba hace un año?


Creo que la gente tiene malestar. Pero se le produce una cosa particular. Se dan cuenta que, en términos absolutos, su situación ha ido mejorando. No al ritmo que querrían, ni al ritmo que mejora el país. Pero, a la vez que mejoran, suben las angustias. Porque cada vez hay que sostener un tren de vida un poco mejor, hay que trabajar más y los sueldos no mejoran mucho. Por eso me preocupo de los sectores medios. Porque los sectores bajos reciben más subsidio y todas las organizaciones sociales están encima. Pero a los del medio no los ayuda nadie y cada vez su familia y su medio les exige más. Bueno, eso explica por qué esta es una sociedad empepada. Si aquí todos andan echándose una pastillita. Lo que más se venden en Chile son los ansiolíticos, porque sino no se resiste el ritmo. Pero no podemos hacer una sociedad que esté empepada. LA ESENCIA DEL MODELO



¿Usted es de derecha?


Ya no sé porque al final lo que opino no parece de derecha. No me va a decir que es de izquierda como dijo Longueira en el Clinic pasado. No, pero la verdad es que no sé qué es la derecha hoy. La derecha hoy no está pensando, está sin propuestas, no hay voces. Y cuando vienen los temas laborales, tributarios, la derecha está siempre en la misma postura, nunca se abre a conversar. Como que está cómoda con lo que le toca y tiene miedo a abrir una compuerta y se va quedando sin propuestas. Pienso que no supieron defender lo que era originalmente una propuesta de derecha: la economía de mercado. Hace tiempo debieron decir, "momentito, la esencia de este modelo es que haya competencia; la esencia de este modelo es que haya chorreo". Pero no. Además, tienen temas tabúes. Uno les habla de políticas tributarias y no, no, no, no, no. Se niegan a hablarlo siquiera. Pero es que se tiene que poder discutir. O sea, objetivamente el IVA en Chile es más alto que la mediana mundial y el impuesto a las empresas es más bajo que la mediana mundial. Pero no hay lugar para la conversación. Entonces viene el tema laboral: y ¡ay! Tabú. Lo mismo la desigualdad.


¿Tiene la derecha algún líder que lo convoque?


No sé si hay liderazgos. No los veo.


¿Piñera o Longueira?


Yo creo que la persona es lo de menos. El problema es otro: cuál es la concepción de sociedad que tiene una persona que es de derecha. Eso no lo he escuchado. La verdad no me interesan las candidaturas. Lo que sí creo ridículo es que no se haya cumplido aún el primer año de gobierno y ya haya como 12 candidatos.


¿Qué le ha parecido la Bachelet?


Bueno, a ella se le vinieron muchos problemas encima, como lo de los estudiantes y otros. Y ha ido manejando razonablemente los temas. Yo le tengo aprecio pero a estas alturas uno debiera tener claro cuáles son sus ejes. Y eso no está todavía. En todo caso a ella le exigiría una cosa: la educación pre escolar. No quiero que se aparte de eso. Llevamos nueve meses y no ha pasado nada.


Articulo de Clinic